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(cOsAsDiveRTIdAs:231316) * El "efecto rebote" de las dietas rápidas

* El "efecto rebote" de las dietas rápidas
Dieta Atkins

Estuvo muy de moda hace un tiempo y luego acabó su reinado; pero parece que quiere recuperar su trono entre las dietas rápidas. Promete una pérdida de peso de 4 kilos la primera semana comiendo todas las grasas y las proteínas que se deseen (y reduciendo los carbohidratos, la verdura y la fruta, a la mínima expresión). Pero, como ocurre siempre que se eliminan los carbohidratos, esa pérdida corresponde a agua (y el organismo se deshidrata). Por eso, al retomar la alimentación habitual, se vuelve a acumular grasa.
Dieta Dukan

Es también una dieta muy rica en proteínas y consta de 4 etapas (fase de ataque; de crucero; de consolidación y de estabilización). En los primeros diez días se anulan los hidratos y se van introduciendo poco a poco. Pero los propios colegas franceses del Dr. Pierre Dukan parecen no estar de acuerdo con él porque la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria para la Alimentación de ese país (ANSES) asegura que el 80% de las personas que la siguen recuperan el peso inicial en el año siguiente.
South Beach Diet

Es otra propuesta muy baja en carbohidratos (y solo se permiten los de bajo índice glucémico) aunque algo más moderada que las anteriores. Deben cumplirse tres fases (en la primera se da la mayor pérdida de peso) y se promete la pérdida de hasta 6 kilos en los primeros 15 días. Sin embargo, se ha comprobado que muchos de sus seguidores tienen ya un efecto rebote a la tercera semana, cuando comienzan a introducirse los carbohidratos.
Sugar Busters

Su objetivo es reducir la sensación de hambre y el número de calorías ingeridas y, para lograrlo, propone consumir solo alimentos de bajo índice glucémico. Existen muchos estudios a su favor que confirman la pérdida de peso, pero solo abarcan un periodo de 6 meses. Cuando se analiza de manera objetiva y durante más tiempo, no se llega a datos concluyentes como para confirmar que seleccionar alimentos de Bajo Índice Glucémico permita mantener una pérdida de peso.
Dieta Montignac

Se basa, igualmente, en el índice glucémico de los alimentos y asegura que conviene evitar la glucosa porque resulta tóxica para el organismo. De ahí que desaconseje tomar azúcar, leche, frutos secos, pan blanco, patatas o arroz, pero en cambio permite comer –sin límite– proteínas y grasas. Al parecer, al mes la pérdida de peso se frena. Además, el organismo suele tener una alta apetencia por ciertos hidratos de carbono y, al volver a la alimentación inicial, los kilos también vuelven.
Dieta de la Zona

Aboga por un exceso de grasas (a través sobre todo del aceite de pescado concentrado), así como por la inclusión de productos dietéticos y complejos polivitamínicos de su propia marca. Y, en contraposición, llega a prohibir o desaconsejar alimentos tan necesarios como el pan, las legumbres o los cereales integrales.
Weight Watchers

Vigilantes del Peso. Ésa es la traducción del nombre esta dieta y es que funciona con grupos de apoyo, todos ellos formados por personas que la siguen. La principal crítica que se le hace es que resulta demasiado baja en calorías y que puede inducir algún déficit nutricional porque solo tiene en cuenta las calorías de cada alimento (a los que se les da una puntuación concreta) y no la mezcla de nutrientes. Para algunos, es muy probable que a los dos años se haya recuperado el 50% de lo perdido.
Dieta disociada de Hay

A pesar de que todos los alimentos combinan (en diferentes proporciones) proteínas e hidratos, según esta propuesta no se deben mezclar esos nutrientes porque los hidratos de carbono necesitan un medio alcalino para ser asimilados y las proteínas un entorno ácido. Esta propuesta rápida tampoco escapa al efecto rebote.
Dieta de la alcachofa

Durante siete días debe cumplirse un régimen basado principalmente en distintas preparaciones de alcachofa. Aunque este alimento tiene cualidades tan importantes como ayudar a la protección del hígado, proporcionar fibra o favorecer la diuresis (aumenta el volumen de orina), no se le pueden atribuir propiedades mágicas a la hora de perder peso. La pérdida de kilos se debe a que es una propuesta muy baja en calorías pero se debe más a un descenso de los líquidos del organismo que a la pérdida de grasa. Por eso, al incrementar el número de calorías aumenta de nuevo el peso.
El ayuno intermitente

Consiste en tomar tan solo 500-600 kcal diarias dos veces en semana. Por eso también se conoce como la dieta 5:2. El resto de días se puede comer las cantidades habituales. Y precisamente por ello puede dar lugar a problemas digestivos, bajadas de glucosa e incluso desórdenes alimentarios. Puesto que el organismo "tiene memoria" y tiende al peso inicial (si no se hace ejercicio), de nuevo se recuperan los kilos perdidos cuando se abandona el semiayuno.
 
        
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 

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