China (2): Otro adiós a Mao Tse Tung
La Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo órgano legislativo de China, aprobó 2 esperados avances en política social y de derechos humanos del régimen comunista, el fin de los controvertidos campos de reeducación y la relajación de la no menos criticada política del hijo único. Ambas decisiones han sido tomadas en la última reunión del año de la ANP, tras una semana de deliberaciones y un mes y medio después de que el Partido Comunista de China (PCCh) prometiera éstas y otras reformas sociales y económicas.
Ahora está en manos de las asambleas provinciales chinas la puesta en práctica de la nueva política, ya que la aplicación de ésta varía según cada división administrativa. El parlamento de Pekín, por ejemplo, ya ha empezado a debatir los cambios, y se calcula que en la capital entrarán en vigor hacia marzo de 2014, fecha en la que otras zonas más desarrolladas del país podrían adoptarla también.
China ha aprobado formalmente 2 esperadas resoluciones, la relajación de la política del hijo único y la abolición de los campos de reeducación. Ambas decisiones han sido tomadas por la Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo, tras una semana de deliberaciones y un mes y medio después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) lo anunciara.
A partir de ahora, algunas parejas podrán tener un 2do. hijo, en un intento del presidente, Xi Jinping, de relajar el control de la población para ayudar a contrarrestar una fuerza laboral en declive. Bajo la nueva política, las parejas podrán tener dos hijos si uno de los padres es hijo único. Antes, una pareja sólo podía tener un 2do. hijo si ambos padres eran hijos únicos.
La decisión fue tomada por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional durante su reunión bimensual, informa la agencia oficial Xinhua. El comité también votó a favor de abolir el sistema de reeducación con campos de trabajo, conocidos como laojiao. La resolución refleja un reconocimiento del Gobierno a la ira generalizada por este sistema de detención administrativa, que permite a la policía encarcelar sin juicio durante cuatro años a arrestados por delitos menores. Esta decisión hará que aquellos bajo penas de laojiao sean puestos en libertad, informa Xinhua.
Autoridades sanitarias y de planificación chinas calculan que esta reforma hará que nazcan 2 millones de niños chinos más cada año, aumentando de 7 a 9 millones la cifra total de nacimientos anuales.
El sistema, inspirado en el modelo soviético, data de mediados de los años '50, y surgió originalmente para encarcelar a "contrarrevolucionarios", "capitalistas" y críticos con el Gobierno comunista de Mao Zedong. Pero, más tarde, fue extendido a autores de otros delitos, prostitutas o drogadictos. También se utiliza contra activistas políticos y religiosos, y miembros del movimiento de inspiración budista Falun Gong, ilegalizado a finales de la década de 1990.
Según el Ministerio de Justicia, en 2008 había en China 160.000 personas internadas en un total de 350 de estos centros. La cadena de televisión pública CCTV eleva el número a 310.000, en 310 centros.
El nuevo Gobierno, encabezado por Xi y el primer ministro Li Keqiang, están acelerando una revisión de políticas del Partido Comunista, que se originaron durante o poco después del mandato de Mao. Los cambios fueron anunciados el mes pasado, tras una reunión del Partido Comunista que decidió la dirección que seguirá el país durante la próxima década, y marca la reforma política más amplia desde los años noventa.
La política del hijo único, puesta en marcha después de la muerte de Mao en 1976, estaba destinada a aliviar la pobreza y controlar el rápido crecimiento de la población, pero también ha hecho que disminuya la capacidad laboral china. Durante los últimos años, muchos demógrafos han advertido a los líderes chinos de que se avecina una crisis laboral debido a la disminución de las tasas de natalidad, y han instado a los líderes a comenzar a resolver la situación inmediatamente. El número de personas que entran en la fuerza laboral se está reduciendo, al mismo tiempo que la tercera edad va en aumento.
Pérdida de fuerza laboral
Entre 2010 y 2030, se espera que la fuerza laboral de China pierda 67 millones de trabajadores, según las proyecciones de Naciones Unidas. La tasa de natalidad de China se ha reducido a entre 1,5 y 1,6 hijos por pareja, informa Xinhua. La población activa tuvo 3,45 millones de personas menos en 2012 y se reducirá ocho millones cada año después de 2023. China está planeando aumentar la edad de jubilación por primera vez desde los años cincuenta para ayudar a aliviar la escasez de mano de obra.
Los gobiernos provinciales deberán tomar sus propias decisiones relacionadas con la implementación de la medida, teniendo en cuenta " la situación demográfica local", dice la resolución, según Xinhua. La nueva política ayudará a que la fuerza de trabajo china mantenga un tamaño razonable, se ralentice el envejecimiento de la población y dinamice la economía, declaró Wang Peian, subdirector de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar, el mes pasado, según la revista Caixin.
Al mismo tiempo, los estudios de la comisión indican que no hay muchas parejas que cumplen los nuevos criterios, así que no habrá cambios repentinos en la población a corto plazo, según Wang. Algunos expertos estiman que con la nueva política habrá uno o dos millones de nacimientos más al año. Planificadores familiares dicen que China ha evitado 400 millones de nacimientos desde 1980.
Reeducación
Los campos de reeducación mediante el trabajo ("laojiao") son abolidos casi 60 años después de que fueran instaurados por el régimen entonces liderado por Mao Tse Tung, "tras cumplir su misión histórica", según aseguró hoy la agencia oficial Xinhua.
La ANP especificó que, una vez promulgada la resolución, aquellos que cumplen pena en estos centros serán libres, aunque también subraya que los castigos que fueron impuestos antes de la abolición son "válidos".
El sistema de campos de reeducación fue instaurado en 1957 como un sistema para posibilitar castigos rápidos a delincuentes menores y ordenar privaciones de libertad de hasta cuatro años sin necesidad de sentencia judicial (bastaba con una decisión policial).
El "laojiao" acabó convirtiéndose en una herramienta política y sirvió por ejemplo para privar de libertad tanto a intelectuales (en las campañas contra "derechistas" de 1957) como a muchos de los estudiantes que participaron en las protestas de Tiananmen de 1989.
Los abusos siguieron en décadas posteriores, y además de servir de centros de retención contra prostitutas, drogadictos o ludópatas, se utilizaron como castigo a sujetos "incómodos" para el régimen, desde disidentes a peticionarios o miembros del movimiento espiritual Falun Gong, prohibido por Pekín en 1999.
El pasado año, el caso de Tang Hui, una madre china que fue confinada en estos campos por pedir a las autoridades justicia contra quienes habían violado y prostituido a su hija de 11 años, sensibilizó enormemente a la sociedad nacional y se multiplicaron las voces contra estos campos, incluso en el seno del régimen.
Estimaciones de grupos de derechos humanos calculan que hasta 300.000 personas por año fueron confinadas en estos centros, muchos de ellos secretos y que según organizaciones no gubernamentales pro derechos humanos violaban la Convención Internacional de Derechos Políticos y Civiles, firmada por el Gobierno chino en 1998 pero aún no ratificada.
La abolición de los "laojiao" es recibida con esperanza pero también con cautela por organizaciones internacionales de derechos humanos.
Amnistía Internacional, con una larga historia de críticas a estos centros de castigo, teme por ejemplo que tras la reforma sólo cambie la apariencia de estos campos y se mantengan los trabajos forzados contra disidentes o activistas sociales.
"China debe asegurarse que la reforma no termina en otro instrumento que siga permitiendo violaciones de derechos humanos", señala un artículo de opinión muy crítico contra estos campos que hoy publica el oficial "China Daily".
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