* LLEVAR EL GATO AL AGUA
Frase que expresa la dificultad o imposibilidad de realizar una cosa. También alude al que vence a otro en una contienda.
Covarrubias, comentando la expresión Veamos quién lleva al gato al agua, esto es, quién se sale con la suya, escribe en su Tesoro de la Lengua Castellana (en la palabra gatear):
«Antiguamente debieron usar cierto juego en la ribera del ría con un gato, y ganaba el que le metía dentro de él; pero como se defiende con uñas y dientes, era dificultoso y peligroso».
Según Rodrigo Caro, en sus Días geniales o lúdicros (págs. 231-42), llevar el gato al agua, «proverbio del que vence a otro en contienda», se llamó a un antiguo juego de muchachos. El juego consistía en fijar verticalmente en el suelo un madero horadado en su extremo superior. Introducían por dicho agujero una soga, se ataban a los extremos de ésta los contendientes, y, vueltas las espaldas, tiraba el uno contra el otro, hasta que el de más fuerza hacía subir al otro a lo alto del madero. También solían echar la soga por una tiranta o viga, y el que tiraba más daba con el otro en la viga, con gran risa de los que miraban. «Otras veces lo hacen sin echar la soga por la tiranía o viga, sino en el suelo, cerca de un charco o lodo; y porque el que más puede lleva al otro, yendo a gatas, para echarlo en el agua, le llaman llevar el gato al agua.»,
Esta última modalidad del juego dio origen a la frase que comentamos.
En el Quijote (parte 1.ª, cap. 7.°) le dice el vizcaíno al inmortal hidalgo: «Si lanza arrojas y espada sacas, ¡el agua cuán presto verás que al gato llevas!». Lo que, puesto en buen castellano, quiere significar: «Si arrojas la lanza y sacas la espada, ¡cuán presto has de ver que llevo el gato al agua!».
Comentando esta expresión, Rodríguez Marín afirma que se dijo figuradamente como advierte el maestro Correas, aplicándola a «cuando se riñe por ver quién puede más».
Cejador, en su Fraseología o Estilística castellana (tomo 2.', Madrid, 1923) escribe lo siguiente:
«Llevar el gato al agua. Juego que conocían los griegos. Los latinos lo llamaron funis contentiosus, y los españoles, llevar el gato al agua, que viene a ser proverbio del que vence a otro en la contienda, porque (en el juego de dicho nombre) el que más puede lleva a otro, yendo a gatas, -para echarlo en el agua».
Más adelante, Cejador, copiando a Rodrigo Caro, explica en qué consiste el juego: «Átanse dos por detrás con una soga larga, y (habiendo) entre ellos un charco o lodo, juegan a tirar adelante, arrastrando al contrario hacia el agua».
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