* Un ladrón se entrega a la policía para denunciar al pederasta al que robó
Le dijo la juez al ladrón: "Ha hecho usted lo correcto".
Estamos en un juzgado de Ballarat, una ciudad típica del estado de Victoria (Australia), y el caco en cuestión tiene que responder por el robo de un móvil. Pero la historia tiene un giro: fue él mismo quien se entregó a la policía, quien asumió la ratería y quien se prestó a asumir la sentencia que hiciera falta. Porque en esta historia, el ladrón es el criminal menor, ya que la víctima, que era el dueño del móvil, lo tenía lleno de imágenes de pornografía infantil.
Según contó desde la acusación el agente Steve Kent, el ladrón estaba paseando por el aparcamiento de un supermercado en Little Bridge Street, en octubre pasado. Entonces se dio cuenta de que uno de los coches tenía la ventanilla medio bajada e hizo lo que le dictó el impulso: hacerse con los dos móviles que encontró y con la cartera del dueño del vehículo. Lo siguiente que hizo fue acudir a la policía, explicando que tenía en su poder una tarjeta de memoria que seguramente tendría pornografía infantil.
Esto suponía un problema. Si quería denunciar al pedófilo, debía de reconocer el hurto.
Dejarse procesar para poder procesar al otro. Él no lo dudó: aceptó ir a juicio por sus crímenes. Incluso avisó de que había robado un coche a las afueras de la ciudad el año anterior, para que nadie pudiera disputar la honestidad de su hallazgo; de eso, y de otros cinco crímenes.
El abogado del ladrón, Mike Wardell, pidió a la juez que reconociera todos estos datos, y lo consiguió. La juez Hodgson le felicitó por su comportamiento y le sentenció a un mes de cárcel y una multa de 400 dólares australianos: "No queremos desanimar a gente como tú que podría hacer lo mismo".
Su gesto ya ha dado pie a la detención en el caso del pederasta. La justicia bien puede beneficiarse, en algunas circunstancias, de la ayuda de los criminales.
Fuente: Syndey Morning Herald
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