* Las ranas
-Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo le dijeron a las dos ranas que se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió.
Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacía señas para que dejara de sufrir y que, simplemente, se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Es increíble el poder que tiene la palabra. En este caso hemos visto que puede significar la vida y la muerte. Una palabra de ánimo, de aliento, puede ayudar a alguien a remontar una enfermedad, un problema emocional o del tipo que sea.
En cambio, una palabra negativa a alguien que está atravesando un mal momento puede suponer que abandone definitivamente.
Vale la pena reflexionar un momento sobre esto y tomar conciencia de ese poder que tiene de crear o de destruir
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