* Árboles y amores, mientras tengan raíces, tendrán hojas y flores.
Es un tercetillo de arte menor, heptasilábico, con rima consonante entre el verso inicial y el final. Sin duda resulta pegadizo al oído.
A mí me recuerda la parábola de Jesús de Nazareth sobre la casa edificada sobre roca, frente a la otra casa edificada sobre arena. Obviamente, ésta última está expuesta a caerse ante el embate de un temporal, y no así la primera. Tal ruina es la que ocurriría también tratándose de un árbol sin raíces, aparte de que -en este caso- dicho árbol desenraizado no podría ni siquiera tener vida; cuánto menos si hablamos de estabilidad ante una tormenta. Hay presuntos "amores" que carecen de vida y raíces, y se sustentan sobre conveniencias meramente humanas, cuando no materiales. Al menor soplo de dificultades el árbol se cimbrea y amenaza caerse, a no ser que los enamorados empiecen a serlo de verdad y pongan espíritu y vida en su relación. Estirando un poco el símil, podemos imaginarnos que las "hojas" simbolizan la casa familiar, por ser una especie de techumbre, y las "flores" pueden ser los hijos, si los hay. Todo padecerá tristemente si no cuidamos el árbol de nuestra relación, y éste se nos cae.
A mí me recuerda la parábola de Jesús de Nazareth sobre la casa edificada sobre roca, frente a la otra casa edificada sobre arena. Obviamente, ésta última está expuesta a caerse ante el embate de un temporal, y no así la primera. Tal ruina es la que ocurriría también tratándose de un árbol sin raíces, aparte de que -en este caso- dicho árbol desenraizado no podría ni siquiera tener vida; cuánto menos si hablamos de estabilidad ante una tormenta. Hay presuntos "amores" que carecen de vida y raíces, y se sustentan sobre conveniencias meramente humanas, cuando no materiales. Al menor soplo de dificultades el árbol se cimbrea y amenaza caerse, a no ser que los enamorados empiecen a serlo de verdad y pongan espíritu y vida en su relación. Estirando un poco el símil, podemos imaginarnos que las "hojas" simbolizan la casa familiar, por ser una especie de techumbre, y las "flores" pueden ser los hijos, si los hay. Todo padecerá tristemente si no cuidamos el árbol de nuestra relación, y éste se nos cae.
(Comentarios realizados por Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala. Universidad de Sevilla)
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