* A palabras necias, oídos sordos.
Es uno de los refranes más famosos de la lengua española, tanto que -al citarlo ahora- muchos de nosotros recordaremos haberlo dicho o haberlo oído decir más de una vez. Efectivamente, la maledicencia tiene mil lenguas, y no todas ofenden igual. Hay algunas que ni siquiera llegan a causar ofensa, por aquello de que "No ofende el que quiere, sino el que puede", como reza otro refrán. Muchas personas hablan mal de otras sin conocimiento de causa, muy frecuentemente por un desliz pasional o por pura envidia. Hay que filtrar todo eso por el juicio de un sentir sano, objetivo, y nada revanchista. Como la situación aludida es tan frecuente, no falta una variante del refrán: "A palabras necias, sordas orejas"
. (Comentarios realizados por Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala. Universidad de Sevilla)
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