* Amigo leal y franco, mirlo blanco.
Este refrán es un modelo de brevedad y expresividad; ni siquiera usa el verbo copulativo "es" para unir sus dos frases. Estas riman en consonante -la rima más completa, según los tratadistas-, y consisten respectivamente en un octosílabo y un tetrasílabo (este último actúa como pie quebrado de cierre, y da sonoridad a todo el conjunto, que resulta así muy rotundo y agradable de oír). Su contenido exalta la rareza -y consecuentemente, la grandeza, de la verdadera amistad-. Creo que es una experiencia universal que los buenos amigos son siempre escasos: "rara avis", diríamos mediante el conocido latinismo. Hay refranes que abundan en la idea, por el efecto contrario -es decir: proclamando lo interesado de muchas supuestas amistades-; y como muestra citaré dos de ellos:
"Amigo, no de mí, sino de mi trigo." ""Amigo, de lejos te traje un higo; pero así que te vi me lo comí." La inventiva popular no tiene límites en esto de tipificar situaciones humanas de cada día.
"Amigo, no de mí, sino de mi trigo." ""Amigo, de lejos te traje un higo; pero así que te vi me lo comí." La inventiva popular no tiene límites en esto de tipificar situaciones humanas de cada día.
(Comentarios realizados por Fernando Rodríguez-Izquierdo Gavala. Universidad de Sevilla)
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