* Definición de soberbia, ¿esas personas pueden cambiar?
La soberbia es una emoción que se caracteriza por alimentar la propia vanidad y la satisfacción del ego. Una persona soberbia nunca se rebajaría pidiendo ayuda o perdón.
Definición de soberbia
Existen tres términos relacionados: amor propio, orgullo y soberbia. Para distinguirlos podemos tener en cuenta que la soberbia es más grave que el orgullo y el orgullo que el amor propio, aunque bien pudieran ser sinónimos, ya que la soberbia, el orgullo y el amor propio se manifiestan normalmente bien compenetrados. En el lenguaje coloquial, se diferencian por pequeños matices, incluso el orgullo es valorado cuando se trata de defender causas o virtudes nobles.
La soberbia es una emoción que exagera, agranda y magnifica
Necesita situarse superior a los demás, por encima de los demás. Y desde esa perspectiva ver a los otros allí abajo... como seres inferiores. La principal forma de la soberbia consiste en achicar a los demás para agrandarse el soberbio/a desde su pedestal, perdiendo los límites.
Las personas soberbias manipulan, critican sin piedad, son arrogantes, siempre presumen de tener la razón única, les cuesta controlar su ira y tanto pedir como ofrecer afecto.
En realidad, la soberbia supone un gran desgaste para la persona soberbia que emplea mucha energía en aparentar lo que no es. Como un soberbio/a tiene su ego muy inflado, necesita tratar de conservar esa presión para mantener su imagen y no desinflarse.
La persona soberbia necesita a los otros
La persona soberbia necesita a sus súbditos a quienes mostrar lo superior que es, y necesita de los halagos. Cuando no los tienen se enfadan con el resto del mundo y si los halagos aumentan, se infla su ego hasta que termina por estallar y deja ver los pequeños seres que son en realidad.
Las personas soberbias saben que es muy fácil desenmascararlos, por eso están siempre a la defensiva. Basta con conocer cual es el motivo de su orgullo y halagarlos al máximo. Insistiendo en este aspecto, con el tiempo se consigue que el soberbio/a se derrumbe.
Señales que delatan a una persona soberbia
- Elevado grado de orgullo y exhibición de poder y méritos.
- Desconsiderar y menospreciar a los que les rodean.
- Tendencia a sentirse por encima de los demás.
- Ego muy elevado, baja autocrítica.
- Se priorizan a sí mismos y sus necesidades, los demás sólo interesan para autoafirmarse.
- Viven en una competencia constante.
- Suelen humillar y ser cínicos, con aires de superioridad.
- Necesitan reconocimiento general y así generan muchos enemigos.
- Generalmente están siempre de malhumor y nunca aceptan sus errores.
¿Qué podemos hacer para combatir la soberbia?
- Dejar de criticar: una persona que critica es probable que en su infancia fuera criticado/a. Aunque es un proceso inconsciente no impide que el soberbio/a se cargue de negatividad y falta de amor. Antes de criticar a alguien se debe de analizar ese mismo defecto en uno mismo. El consejo sería: hablar de los propios defectos antes de criticar a los demás.
- Reír: la risa puede ser un remedio para alejar los pensamientos negativos y las críticas. Sonreír crea un clima positivo y las relaciones personales mejoran.
- Perdonar: para perdonar hay que empezar practicando la empatía, ponerse en el lugar de la otra persona. Perdonando de forma sincera se consigue aumentar la satisfacción personal y aporta tranquilidad espiritual.
- Dominar la vida: no permitir que la vida nos domine. Ser dueño de nuestras propias decisiones, de nuestro tiempo, priorizando lo que consideramos más importante y pensar en positivo.
- Sacarle provecho a la energía mental: estudios científicos afirman que solo empleamos un porcentaje mínimo del cerebro. La rutina y los pensamientos negativos agotan la energía mental. Para no desperdiciar esta energía debemos de controlar nuestras emociones y desarrollar la inteligencia emocional. La práctica delYoga ayuda al autocontrol emocional controlando la respiración abdominal.
- Desarrollar la inteligencia emocional: como defiende Daniel Goleman en su libro*, tenemos que tomar el control de nuestros impulsos emocionales. Hay que aprender a automotivarse y a fomentar la empatía para no desperdiciar energía mental.
Bibliografía: *Daniel Goleman. Inteligencia emocional. Editorial Kairos. 1996.
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