EL PARALÍTICO Y EL GORILA
Era Domingo y el zoológico estaba lleno de visitantes. Todos querían ver la nueva adquisición del parque, un enorme gorila...
Entre los que acudieron a contemplarlo se hallaba una paralítico en su silla de ruedas.
De pronto se produjo una enorme conmoción, el gorila se había enfurecido, mostraba los dientes y garras en actitud de ataque y se daba tremendos golpes en el pecho. La gente retrocedía asustada.
El fiero animal empezó con sus membrudos brazos a doblar los barrotes de su jaula. Los rompió por fin y salió de ella.
Espantada la gente echó a correr por todas partes. El pobre paralítico también se apresuraba en su silla de ruedas, pero se iba quedando atrás casi al alcance del gorila que corría tras la muchedumbre.
Un guardia que acudía vio los apuros del desdichado y empezó a gritar a fin de que la gente le ayudara:
- ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!, ¡EL PARALÍTICO!
El paralítico se voltea y le grita con gran rencor al guardia:
- ¡HIJO DE PUTA! Deja que el gorila elija!!!
0 comentarios:
Publicar un comentario