Una pareja estaba haciendo sus compras para el hogar. De repente la esposa se da cuenta que su esposo no está.
La señora se enfurece y llama a su esposo al celular:
- ¿Dónde te metiste pedazo de viejo infeliz desgraciado?
Él contesta:
- Mi amor... ¿Te acordás de la joyería en la que viste el collar de perlas y el reloj de los cuales te enamoraste? ¿Y recordás que te dije que no te preocupes, que algún día serán tuyos?
La mujer ruborizada, con mucha dulzura y vergüenza le contesta:
- Sí, ya me acordé ¡Mi cielo! ¡MI viejito lindo y hermoso, corazoncito bello! ¡Divino! ¡MI encanto!...
- ¡Bueno! Es para que me ubiques, vieja pelotuda... ¡Estoy en el bar que está justo enfrente!
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