* El maquinista hablaba con Renfe cuando el tren descarriló
MADRID (Reuters) - El maquinista del tren que descarriló la semana pasada en Santiago, al que se le han imputado 79 cargos de homicidio involuntario y otros tantos de lesiones, iba hablando con un controlador de Renfe que le llamó por teléfono minutos antes de producirse el siniestro, según el contenido de las cajas negras difundido el martes.
Francisco José Garzón, un experimentado maquinista que ha admitido ante el juez que iba distraído cuando el tren se salió de la vía a gran velocidad poco antes de llegar a Santiago, iba consultando un plano o un documento similar a través del cual un operador de Renfe le indicaba el camino que había de seguir al llegar a Ferrol (La Coruña), donde acababa el trayecto.
El tren circulaba a 192 kilómetros por hora en los minutos previos al descarrilamiento, y segundos antes del accidente "se activó un freno", según las informaciones provisionales que se extraen de las cajas negras, facilitados por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. En el momento del descarrilamiento el convoy iba a 153 km/h.
El maquinista quedó en libertad con cargos el domingo tras admitir que no aminoró la velocidad porque iba distraído y no se dio cuenta de en qué parte del recorrido estaba.
Sin embargo, la tragedia ha llevado a muchos a preguntarse cómo es posible que un supuesto error humano haya podido desencadenar una tragedia de tal magnitud.
La investigación judicial es paralela a la encargada por el Ministerio de Fomento, cuya titular, Ana Pastor, ha pedido comparecer en el Congreso para explicar el descarrilamiento del tren Alvia, que iba de Madrid a Ferrol y que se estrelló en una curva cerrada el miércoles pasado poco antes de llegar a la capital gallega.
Los presidentes del operador ferroviario Adif, Gonzalo Ferre, y de Renfe, Julio Gómez-Pomar, también han solicitado comparecer, según informó Fomento. Renfe ha asegurado que el tren fue revisado la mañana antes del accidente y que no se detectaron fallos en los sistemas de seguridad.
El martes seguían ingresadas 66 personas en los hospitales gallegos, 15 de ellas en estado crítico, uno de ellos menor, según el último parte de heridos de la consejería de Sanidad de la Xunta.
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